Lali Bueno, Técnica de becas institutos del programa ZING, Área de Empleabilidad.

Los ambientes sociales en los que se encuentran estos tipos de instituciones requieren un seguimiento individualizado que es esencial.

Las escuelas reflejan la realidad y el entorno social en el que están ubicadas. Por lo tanto, en el ámbito educativo, surgen situaciones que reflejan las desigualdades más notables. Dependiendo de la zona en la que se encuentren las escuelas o de la composición social de sus estudiantes, se requieren herramientas y estrategias específicas para asegurar el proceso de aprendizaje y prevenir la segregación de los alumnos.

Esta situación conduce a la necesidad de categorizar y reconocer las escuelas de mayor complejidad. En Cataluña, según el Consorci d’Educación, actualmente existen 329 escuelas públicas de máxima complejidad y 309 de alta complejidad, considerando cuatro niveles de clasificación: estándar, intermedio, alto y máximo. Los dos últimos se denominan así debido a la situación socioeconómica desafiante de muchos de los estudiantes, lo que dificulta su proceso de aprendizaje. Para evaluar esta situación, se analizan datos del Idescat relacionados tanto con los niveles educativos y el empleo de las familias como con la proporción de padres y madres sin empleo, su origen en países en desarrollo o las necesidades educativas especiales de los estudiantes, con el fin de identificar familias en situación económica vulnerable y con un alto riesgo social.

El objetivo es llevar a cabo una discriminación positiva que implique la asignación de recursos humanos y materiales adicionales para garantizar la igualdad de oportunidades y el derecho a la educación, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En resumen, se busca convertir la educación inclusiva, equitativa y de calidad en un pilar esencial para romper los ciclos de pobreza. Estos objetivos están en consonancia con las prioridades de la Fundación Nous Cims a través del programa ZING, diseñado para transformar las vidas de jóvenes que no han tenido acceso al mundo educativo y laboral en igualdad de condiciones que otros. Actualmente, el programa trabaja directamente con 17 institutos de Cataluña de alta o máxima complejidad, ofreciendo oportunidades a más de 200 de sus estudiantes. Estas son las escuelas que participan en el programa con el propósito de asegurar y facilitar su desarrollo educativo y su inserción laboral a través de la exploración de vocaciones para más de 500 jóvenes, otorgando becas de impacto a más de 1000 beneficiarios y brindando un apoyo comprometido. Para mí, esta es la parte más esencial del proceso.

El acompañamiento como elemento clave para el éxito educativo

La rutina diaria de una escuela de máxima complejidad es un desafío constante, y sus dificultades las convierten en puntos clave para crear conciencia. Esto se debe tanto a la diversidad de estudiantes como a la atención personalizada que cada joven necesita. Para los alumnos, la escuela desempeña un papel fundamental, siendo su espacio seguro y de crecimiento que requiere un seguimiento individualizado en el que el acompañamiento es esencial e imprescindible.

De ahí la urgencia de incorporar profesionales especializados y, sobre todo, una respuesta sólida por parte de las instituciones. Garantizar el éxito educativo sin la colaboración entre diferentes departamentos, administraciones y organizaciones sociales es una tarea imposible. Por lo tanto, trabajar en estrecha colaboración con el personal docente, las familias, los educadores y, sobre todo, los jóvenes es la parte más importante del proceso. Actuar como un puente estable y seguro entre las organizaciones sociales, las escuelas y las familias es el único camino para ayudar a los jóvenes a alcanzar sus metas. Una atención consciente, paciente y sensible a las diversas culturas, realidades socioeconómicas e individualidades es la única forma de alcanzar los objetivos. Por lo tanto, es esencial fortalecer todas estas estructuras en el ámbito educativo, creando puntos de encuentro sólidos para romper los ciclos de exclusión.

Aunque es evidente que la situación económica de los jóvenes es un gran obstáculo, la situación cultural a menudo es aún más relevante para entender los desafíos que enfrentan frente al sistema educativo. Con frecuencia, estas situaciones implican diferencias y códigos culturales distintos a los del ámbito educativo. Por eso, es esencial prestar atención de manera imparcial, asertiva y consciente a todos los códigos culturales, a toda la información proporcionada y, sobre todo, brindar apoyo a lo largo de todo el proceso para allanar el camino.

La importancia de la discriminación positiva

Está claro que el sistema educativo público es esencial para avanzar hacia la igualdad, pero como se mencionó al principio, el sistema en sí mismo ya presenta desigualdades. Por lo tanto, es necesario identificar y categorizar estos elementos de manera objetiva y transparente, como sugiere la Comisión de Trabajo sobre Centros de Máxima Complejidad del Consejo Educativo Municipal de Barcelona (CEMB). Si bien es esencial identificarlos, se debe tener en cuenta que esta categorización debería ser provisional, ya que va en contra del objetivo fundamental de lograr la igualdad educativa. Sin embargo, en este proceso, la identificación permite asignar los recursos necesarios para abordar situaciones específicas, como la co-docencia, los planes de enseñanza personalizados, las aulas de acogida y una mayor proporción de profesores, así como un sistema de becas eficaz y completo.

Es importante señalar que el Departamento de Educación también establece que las escuelas no son una realidad inmutable, por lo que la revisión de los criterios mencionados se actualiza cada cuatro años. Esto genera preocupación entre los equipos docentes, que temen perder esta categorización y, por lo tanto, los recursos asociados, lo que se relaciona directamente con los recortes en educación.

Abordar la igualdad de oportunidades desde el tercer sector

Es en este punto cuando el tercer sector desarrolla estrategias para abordar estos desafíos, promoviendo la igualdad de oportunidades en el sistema educativo y ayudando a los jóvenes a alcanzar sus metas independientemente de su entorno socioeconómico. Sin embargo, es fundamental reconocer la importancia de las instituciones en apoyar estas iniciativas, como se ha enfatizado anteriormente.

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